jueves, 4 de julio de 2013

El sueño de Serafín

Cuando con los ojos cerrados, desconfío de lo que está y lo que no está en mi habitación, como si yo mismo persiguiese el miedo, mis párpados aletean de terror.
Necesito estar seguro de que el problema está en lo que imagino, y no en mis juguetes, que me esperan donde los dejé, hasta la mañana siguiente, o en mi ropa que abandoné sobre la mesita. Mis manos, sin saberlo, abollaron la ropa de tal modo, que aparecieron rostros arrugados, fantasmales, que me miran durante la noche, y a quienes no me atrevo a mirar. Necesito asegurarme que yo mismo, Serafín, inventé esos monstruillos, y que yo soy, el único capaz de emitir un ruido, y también de escucharlo. Que estoy tan sólo aquí, que soy el único capaz de perturbarme, y que sólo así puedo atraer al sueño.

2 comentarios:

Flo dijo...

viole que hermoso blog.

Anónimo dijo...

che te amo